jueves, 21 de junio de 2018

de bisagras...

Dice Wikipedia de la palabra bisagra:

bisagra
nombre femenino
  1. 1.
    Mecanismo para la apertura o cierre de una puerta, ventana o tapa o para articular dos superficies; consiste en dos piezas metálicas o de plástico que están articuladas por un eje común y se fijan en dos superficies separadas, generalmente una móvil y otra fija, como una puerta o ventana y su marco, y permite el giro de una de estas piezas sobre la otra para juntar o separar las superficies.


Todos tenemos nuestras bisagras personales. Una bisagra permite cerrar una puerta, pero también abrirla. La poesía siempre ejerció de bisagra en mí. La primera noción de esa vuelta de página fue cuando la descubrí, cuando leí poesía por primera vez y supe que existía un género literario que se llamaba de esa manera. Sucedió todo tan junto. De pronto existía algo así y asá que se llamaba poesía y al mismo tiempo comprendí que eso que escribía yo hasta ese entonces con 8, 9 años pensando que eran canciones, eran en realidad poemas. El mundo comenzó a cambiar. Ya no podía jugar a ser cantante, debía ser consecuente con ese descubrimiento bisagra. Entonces pedí que me regalaran una máquina de escribir. Se acercaba reyes y llegó pronto. Era rosa, marca Barbie. Mientras muchas de mis amiguitas con el mismo juguete de moda pasaban sus tardes imaginando que eran secretarias, yo escribía poemas. Infantiles, cursis, rimados hasta el espanto. Pero poemas al fin.

Crecí, y la poesía fue eso fijo que nunca me abandonó, el marco de mi puerta. Los poemas por el contrario son aquello que se mueve, -sus pulsos, sus imágenes, sus formas-, lo móvil del asunto. Y así se fue abriendo y cerrando todo en mi vida. Verso a verso, diría el Nano. Heridas, amores, deseos, cuestionamientos, poemas signos de pregunta, poemas respuesta y poemas que respondieron cosas que yo todavía no me había preguntado, porque los poemas que escribimos saben secretos que nosotros no, les encanta dejarnos al descubierto, sigilosamente, con una musiquita de fondo que parece inocua y no siempre lo es.

En unos meses saldrá mi próximo libro y se llamará así, BISAGRA, y muy especialmente este libro tiene la intención de dejar atrás. Uno publica poemas para cerrar una puerta que los lectores abren cada vez que los leen. Es ambiguo y es hermoso. Publicar un libro es en partes iguales un acto de egoísmo y de generosidad. Se suelta algo, se va un peso, se respira hondo, hay alivio, algo que era tan de uno ya está libre, lo sacamos de nuestro camino para que haga el propio, para que otros lo hagan propio, para que se lo carguen y lo paseen el tiempo que haga falta, para que lo interpreten como quieran, y uno debe aceptar eso sin chistar.

Bisagra es un libro que dice muchas cosas, pero sobre todo dirá lo que los lectores quieran leer. 

Yo mientras tanto espero ansiosa aferrada al marco de mi puerta el momento de su llegada que es a la vez una partida. Ya siento el último chirrido de todo, sabiendo que del otro lado habrá transformación, porque la poesía es así.






BISAGRA sale en unos meses por Azul Francia Editorial
Imagen de tapa: María del Carmen Devoto